En cercanías del perímetro urbano de la ciudad se encuentran materias primas para la construcción: el río Cauca provee parcialmente las arenas (algunas de sus fuentes, localizadas aguas abajo de desagues sanitarios, se encuentran contaminadas con altos contenidos de materia orgánica); hacia el noroeste se localizan yacimientos de material pétreo para agregados sobre diabasas poco meteorizadas (ver Fig. 9). Las calizas, arcillas y gravas se encuentran a una distancia promedio de 35 km en diferentes zonas del valle y de las cordilleras.
Igual que para el caso del carbón, el proceso de expansión urbana entra en conflicto con las fuentes de materiales necesarios para la construcción de la ciudad. Dos aspectos complementarios, pero también necesariamente diferenciables, se conjugan en los usos del suelo: por un lado, las explotaciones deben ser todo lo limpias posibles mitigando al máximo el impacto ambiental que producen, y por el otro, la ciudad debe proteger sus fuentes de materiales reglamentando también las prácticas de otros usos, incompatibles y cercanos a ellas.
Un aspecto conflictivo adicional debe también ser mencionado: Cali, al igual que Medellín y Bogotá sepultan cada día, en sus procesos de expansión urbana, parte de la mejores tierras agrícolas del país (Hermelín, 1983; Velásquez & Meyer, 1994).
Imagen en Alta Resolución (396 KB)
Sección 4.10
|
Sección 4.12
|