Pérdidas históricas
   
 
 

La tercera parte de los desastres registrados en los inventarios de pérdidas de los países de la Comunidad Andina se refiere a inundaciones ocurridas en el periodo 1970-2007, que dejaron en promedio 70 víctimas mortales y 3 mil viviendas destruidas cada año (Figuras 4.5 y 4.6). Estas pérdidas se incrementaron en periodos de intensificación de lluvias por fenómenos como El Niño y La Niña, por ejemplo en 1982-1983 y 1997-1998, en los que hubo un aumento ostensible de desastres en Ecuador y Perú y en 1971 y 1999 en Colombia.

Si se comparan los efectos por inundaciones con los causados por otros fenómenos como terremotos, tsunami o deslizamientos, el acumulado de víctimas mortales por las primeras durante las últimas cuatro décadas es relativamente menor, cercano al 8% del total. Sin embargo, los efectos en viviendas representan el 58% de las afectadas, cerca de 500 mil; y el 30% de las destruidas, más de 113 mil. Los impactos por inundaciones son los desastres más frecuentes de los que ocurren en la subregión y, por tanto, aunque generan pocas víctimas mortales, sus principales efectos, especialmente en viviendas y cultivos, inciden fuertemente en el incremento de la vulnerabilidad y el deterioro de las condiciones de vida de la población. En 38 años se han registrado más de 16 millones de afectados y damnificados por inundaciones en los cuatro países.

El 30% de los desastres registrados en las bases de datos de la subregión está asociado con inundaciones que dejaron el 58% de las viviendas afectadas y el 30% de las destruidas.

 

Fuente: EPN (2008), ITDG (2008), OSC (2008) y OSSO-EAFIT (2008). Bases de datos de desastres, DesInventar
 
Fuente: EPN (2008), ITDG (2008), OSC (2008) y OSSO-EAFIT (2008). Bases de datos de desastres, DesInventar.

 

Los impactos por inundaciones son los desastres más frecuentes de la subregión y, por tanto, sus efectos inciden fuertemente en el deterioro de las condiciones de vida de la población.

 

Los efectos por inundaciones son más frecuentes en las áreas de mayor susceptibilidad localizadas en las riberas del bajo Magdalena, al norte de Colombia, en su costa del Pacífico y en el piedemonte de los llanos del Orinoco; en la costa y Amazonia ecuatoriana y peruana. Afectan casi todos los años estas zonas y, por tanto, generan impactos recurrentes en la misma población que las habita. En los Mapas 41 y 42 se muestra una concentración de víctimas y viviendas destruidas en la costa del Pacífico y la región andina, a causa de prácticas de ocupación urbana espontánea y/o con déficit de planificación mitigadora y de obras de infraestructura, mientras que en la región amazónica el menor número de pérdidas se debe a la menor población expuesta, pero también a prácticas ancestrales de convivencia con los regímenes periódicos de inundación.

 

Entre 1970 y 2007 hubo cerca de 3 mil víctimas y 112 mil viviendas destruidas. El 45% de las víctimas se registró en Colombia; el 30%, en Perú; 20%, en Ecuador y 5%, en Bolivia. El 63% de viviendas destruidas se registró en Colombia; el 33%, en Perú; el 4%, en Ecuador y menos del 1%, en Bolivia.