Plan para la mitigación de riesgos en Cali
1.7. A manera de síntesis

1.7 A manera de síntesis

Heredera de una larga tradición de terremotos, inundaciones, incendios y de otra gran variedad de fenómenos amenazantes y de desastres, desde finales del Siglo XVIII ya la ciudad se había dotado de medidas puntuales de prevención y mitigación de desastres, cuya historia todavía se encuentra dispersa en archivos, bandos y publicaciones. Sin embargo, hasta hace pocos años los esfuerzos se orientaban hacia la atención de emergencias, quizas por el crecimiento desbocado de la ciudad que "obligaba" a ir detrás de los acontecimientos, y por percepciones de los riesgos como hechos ineluctables de la naturaleza y no de la interacción entre la Sociedad y su entorno.

Tanto las experiencias locales como otras reportadas en la literatura latinoamericana disponible (p. ej., Lavell, 1992; Herzer, 1994; García, 1996; Medina & Romero, 1992; Maskrey, 1989 y 1993; Velásquez, 1988 y 1990; Velásquez & Meyer, 1994), indican que en cada localidad se dispone de un cúmulo de experiencias históricas que deben ser objeto de investigación y difusión en cuanto a medidas de prevención, mitigación y planificación.

Al igual que en Cali, puede decirse que cada ciudad dispone de información técnica y socioeconómica que puede y debe ser compilada a una escala o nivel de resolución manejable por diversos usuarios no especializados. Una vez compartida y divulgada entre académicos, expertos e instituciones, son visibles los vacíos de conocimiento existentes y las necesidades de investigaciones específicas para la toma de decisiones.

En general, parece requerirse de una buena dosis de interacción entre técnicos, académicos e instituciones que le permita a la ciudad poner a disposición pública la mayor cantidad posible de información. Los contenidos, al mismo tiempo que deben ser entendibles por muchos, también deben incitar a los usuarios hacia nuevos conocimientos. Como requisito para esto es necesario que cada institución temáticamente especializada cuente a su vez con un horizonte de largo plazo y con los recursos para acumular, procesar, evaluar y poner a dispoción los resultados de su trabajo.

En las décadas pasadas, también es justo decirlo, las instituciones de socorro tales como las Organizaciones no Gubernamentales (Cuerpo de Bomberos Voluntarios, Cruz Roja, etc.) y el sector de Salud Pública, lideraron las labores de socorro a la vez que, en interacción con experiencias nacionales e internacionales, se modernizaban. Durante esta fase del proceso se conformó el Comité Operativo de Emergencias (1980) en una matriz que incorporó al sector público y privado y a los organismos gubernamentales y no gubernamentales bajo una misma perspectiva. Entre 1988 y 1989, mediante el proceso interinstitucional que dió origen al Atlas de Amenazas Naturales y Artificiales y al Plan de Emergencias, el énfasis inició el cambio hacia la prevención.

Hoy se puede afirmar que Cali ha reorientado estratégicamente su visión sobre los desastres, integrando planes y proyectos con objetivos, metas y recursos en su Plan de Desarrollo. Ahora es claro que la mitigación de riesgos por fenómenos naturales y tecnológicos es un problema a tratar según las opciones y modelos de desarrollo de los cuales la ciudad dispone, con la orientación de sus entidades, en el marco de instrumentos legales disponibles y en la perspectiva de la mayor seguridad colectiva para sus ciudadanos: la construcción cotidiana del encuentro posible, urgente, entre la Sociedad y la Naturaleza.

Entre los aspectos que jugaron un papel importante en lo anterior y en la nueva misión y conformación del CLE, así como en las acciones de prevención y socorro destacan los siguientes:

También el contexto sociopolítico de modernización del Estado y de una cadena de desastres importantes tales como dos terremotos fuertes en 1979, el terremoto de Popayán en 1983, la Erupción del Volcán Nevado del Ruiz en 1985, y el deslizamiento del Barrio Villatina en Medellín en 1987, influyeron para que en la ciudad y en el país la conciencia sobre la necesidad de prevenir y mitigar desastres se incorporara más decididamente en los procesos sociales e institucionales.

Si bien la experiencia de Cali en prevención y mitigación de desastres, en cuanto al papel central que le compete a los organismos de planificación y a los actores comunitarios, no puede ser extrapolada artificialmente por fuera de su contexto socioeconómico, cultural, político y físico-natural, sí se espera que el modelo resultante sirva de consulta y de referente para otras ciudades.

Con lo consignado en este Plan no se agota la necesidad de formulación de nuevas estrategias municipales de disminución de riesgos (p. ej., evaluación de lo ya construído y sujeto a riesgos; incorporación en la educación formal del tema de prevención; inducción de cambios de actitud hacia el Medio Ambiente en la Cultura), manteniendo las políticas y programas de capacitación y fortaleciendo, pero también ampliando en su concepción, los esquemas en los que predominan los preparativos para la atención.

Sección 1.6
Contenido Capítulo 2