Con el descubrimiento de importantes yacimientos de gas natural en el piedemonte de la Cordillera Oriental, a través de la Empresa Colombiana de Petróleos se ha diseñado un Plan Nacional de Masificación de Gas Natural. Este proviene desde los yacimientos a través del Gasoducto de Occidente que partiendo desde Mariquita en el Tolima, llega a cercanías de Yumbo. Desde esta localidad es conducido a Cali por una tubería de 16 pulgadas de diámetro que se deriva en tuberías desde 14 hasta 10 pulgadas en un anillo a partir del cual hay derivaciones menores hasta las tomas domiciliarias. El sistema de distribución es operado por la empresa mixta Gases de Occidente E.S.P.
A diferencia de redes como las de acueducto y alcantarillado, la de Gas no presenta elementos articulados. Se trata de tubería de acero soldada y revisada mediante técnicas de Rayos X en cada punto de unión. Estas características le otorgan una flexiblidad frente a las vibraciones sísmicas mayor que la de otro tipo de redes. El sistema está diseñado con válvulas automáticas de seguridad y con otros elementos de control, también aprovechando las experiencias y desarrollos de esta industria en otros países. La red urbana de gas natural para Cali está siendo emplazada contando con estudios previos de amenazas por fenómenos naturales (OSSO para Gases de Occidente, 1996), siendo quizás el primer sistema de líneas vitales urbanas en Colombia que se emplaza con evaluaciones de este tipo. Una parte importante de las evaluciones del medio físico natural de este Plan se ha nutrido de los estudios realizados para Gases de Occidente E.S.P.
La llegada del gas natural a Cali, cuya primera fase de servicio empezará en diciembre de 1996, debe verse también en términos de la disminución de costos para los usuarios domiciliarios y en ahorro de energía hidro y termoeléctrica, que podrá dedicarse a otros fines. También, frente al déficit energético local y regional y en previsión de la ocurrencia de eventos El Niño, seguramente los racionamientos futuros serán menos agudos. De todas maneras, la manipulación de nuevas fuentes de energía hace urgente apoyar y reforzar campañas tendientes a inculcar en los usuarios las medidas básicas de precaución, como una componente más de sus actividades cotidianas.
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