Al igual que los datos de las figuras 26 a 29 y de la 32, debido a sus fuentes, los de ésta también son parciales. Se ha indicado la explosión de un cargamento de dinamita el 7 de agosto de 1956, el mayor desastre no natural en la historia de Colombia, y junto con las explosiones de redes de alcantarillado en Guadalajara (México) en 1992, uno de los mayores en América Latina.
Con excepción de la explosión de 1956, la ciudad moderna no se ha visto enfrentada a desastres mayores. Las inundaciones, por su carácter lento, causan pocas víctimas; desde 1925 no ha ocurrido un sismo realmente intenso en la ciudad y los deslizamientos, avenidas torrenciales y accidentes tecnológicos se han circunscrito en áreas delimitadas. Adicionalmente, y justo es reconocerlo, existe una relativa capacidad institucional y comunitaria en medidas de prevención y de atención. Un ejemplo destacable de esto último se documenta en la Figura 47: las acciones de formación de líderes prevencionistas, permitieron evitar que se desarrollara una tragedia de proporciones en la Comuna 8, a raíz de escapes de gases clorados por el sistema de alcantarillado.

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Sección 4.30
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